
SALMO 1
- 1:1 ¡Feliz el hombre
- que no sigue el consejo de los malvados,
- ni se detiene en el camino de los pecadores,
- ni se sienta en la reunión de los impíos,
- 1:2 sino que se complace en la ley del Señor
- y la medita de día y de noche!
- 1:3 Él es como un árbol
- plantado al borde de las aguas,
- que produce fruto a su debido tiempo,
- y cuyas hojas nunca se marchitan:
- todo lo que haga le saldrá bien.
- 1:4 No sucede así con los malvados:
- ellos son como paja que se lleva el viento.
- 1:5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,
- ni los pecadores en la asamblea de los justos;
- 1:6 porque el Señor cuida el camino de los justos,
- pero el camino de los malvados termina mal.
Mercedes Ramos: ORAR CON LOS SALMOS

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